En un mundo tan interconectado como el actual, el derecho internacional juega un rol esencial al regular las relaciones entre Estados, proteger los derechos humanos y promover la paz. Sin embargo, con el surgimiento de diferentes fuentes normativas y tratados que abarcan diversas áreas del derecho, es crucial establecer un sistema de jerarquía. Este sistema determina la prevalencia de ciertas normas sobre otras en caso de conflicto y proporciona un orden en la estructura normativa internacional. Este artículo explora cómo se construye esta jerarquía, sus fundamentos y los desafíos que enfrenta.
La construcción de una jerarquía de las fuentes del derecho internacional
Principios Fundamentales
En el derecho internacional, existe un orden de normas similar a una estructura de capas, donde algunas normas tienen mayor peso o autoridad que otras. Este modelo de «sistema en capas» o «sistema jerárquico» fue desarrollado por teóricos como Hans Kelsen, quien argumentaba que todo sistema legal debe tener una estructura en la que las normas se organicen de acuerdo a su importancia y autoridad. La jerarquía permite que las normas internacionales se interpreten de manera consistente, y que las normas de menor rango no puedan contradecir a aquellas superiores. Ademas, es esencial para establecer el orden y la coherencia dentro de un sistema legal que carece de una autoridad central que lo regule.
Los principios fundamentales que sostienen esta estructura jerárquica incluyen la supremacía de los tratados constituyentes sobre otros acuerdos y la obligatoriedad de las normas de ius cogens, que representan los valores más fundamentales de la comunidad internacional. Entre estas normas imperativas encontramos la prohibición de actos como la tortura y la esclavitud, que no pueden ser alterados o ignorados por acuerdos entre Estados.
El Papel de la Carta de la ONU en la Jerarquía Internacional
Uno de los pilares más sólidos de esta jerarquía es la Carta de las Naciones Unidas, que, para muchos, actúa como una constitución global. La Carta establece principios esenciales para la convivencia internacional, como la igualdad soberana de los Estados, la prohibición del uso de la fuerza, y el respeto a los derechos humanos. A través del Artículo 103, la Carta determina que, en caso de conflicto entre las obligaciones de los Estados bajo la ONU y cualquier otro acuerdo internacional, prevalecerán las primeras. Esta disposición es crucial porque refuerza la posición de la ONU y sus principios como fundamento del orden global, aunque no necesariamente invalida los tratados en conflicto.
Sin embargo, algunos estudiosos cuestionan si el Artículo 103 es realmente una cláusula de supremacía. Si bien establece que las obligaciones bajo la Carta deben prevalecer, no declara expresamente la nulidad de los tratados que se opongan a estas normas. Esto plantea interrogantes sobre el verdadero alcance de su jerarquía en comparación con otros tratados o normas consuetudinarias que pudieran, en ciertos casos, tener una relevancia similar.
Conflictos de Normas en el Derecho Internacional
El derecho internacional no está exento de conflictos entre normas. Las disputas pueden surgir entre tratados, o entre un tratado y una norma de derecho consuetudinario. En estos casos, el derecho internacional establece ciertos principios para resolver los conflictos: la norma posterior prevalece sobre la anterior (lex posterior derogat legi priori), la norma especial sobre la general (lex specialis derogat legi generali) y la norma superior sobre la inferior (lex superior derogat legi inferiori).
Un ejemplo significativo de estos conflictos se encuentra en el ámbito de los derechos humanos. Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que en teoría son vinculantes para todos sus miembros, pueden entrar en conflicto con los tratados de derechos humanos que protegen derechos individuales. Casos como Kadi v. Council of the EU y Nada v. Switzerland han mostrado cómo el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea han tenido que equilibrar el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad con la protección de derechos fundamentales. En estos casos, se ha desarrollado un enfoque de interpretación que permite a los Estados implementar las sanciones de una manera que respete los derechos humanos, demostrando que el equilibrio entre normas es posible sin comprometer los principios esenciales de la jerarquía.
La Jerarquía de las Normas de Ius Cogens
Las normas de ius cogens representan el nivel más alto dentro del derecho internacional. Estas normas imperativas son reconocidas por la comunidad internacional como principios que no pueden ser derogados por acuerdos entre Estados. La prohibición de la tortura, la esclavitud y el genocidio son ejemplos de ius cogens, y cualquier tratado o acuerdo que contradiga estas normas sería considerado nulo y sin efecto. Esto fortalece la jerarquía al colocar ciertas normas más allá de la capacidad de los Estados de alterarlas, reafirmando su importancia fundamental y su carácter vinculante universal.
La ausencia de una norma suprema en el derecho internacional
La jerarquía en el derecho internacional proporciona un marco esencial para la aplicación coherente de las normas y la resolución de conflictos, pero enfrenta desafíos constantes. La ausencia de una corte suprema que imponga una interpretación definitiva y el carácter dinámico de las relaciones internacionales exigen que este sistema evolucione. En un mundo donde los intereses nacionales, los derechos humanos y las obligaciones internacionales deben coexistir, la jerarquía no solo es un mecanismo organizativo, sino un compromiso de la comunidad internacional para mantener un orden basado en principios compartidos y respetados.